El sector del transporte aéreo prevé unos beneficios en retroceso del 21% para 2019 debido a la ralentización del flete aéreo, las guerras comerciales y el alto precio del combustible, que representa una cuarta parte de sus gastos de funcionamiento.
Las compañías aéreas, reunidas ayer y hoy lunes en Seúl para celebrar su asamblea general anual, se enfrentan además a las consecuencias para su imagen de los accidentes de Ethiopian Airlines el 10 de marzo (157 muertos) y de Lion Air el 29 de octubre en Indonesia (189 muertos), que provocaron la prohibición provisional de vuelo de los Boeing 737 MAX.
“Es necesario un proceso que sea extremadamente seguro y que se apoye en una autoridad de certificación líder, reconocida unánimemente y sin reservas por las demás autoridades, para evitar la multiplicación de autoridades de certificación, lo que complicaría de manera considerable e inútil el sistema”, dijo el director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), Alexandre de Juniac
En el plano financiero, el sector debe generar en 2019 unos 28.000 millones de dólares de beneficios, según la Iata, que revisó sus previsiones a la baja del 21%. Pero pese a un contexto menos favorable, el sector registra beneficios por décimo año consecutivo.
“El sector de carga es la primera actividad afectada por la guerra comercial entre los dos gigantes económicos”, según la Iata. La región Asia-Pacífico, que representa en torno al 40% del transporte de flete aéreo en el mundo, se vio afectada por las tensiones comerciales, y por el precio del combustible, lo que redujo las previsiones de beneficio neto del sector de 7.600 millones a 6.000 millones de dólares.
La demanda del sector pasajeros se mantiene sólida, pero el sector de flete padece el conflicto entre China y EEUU y el elevado precio del combustible. El precio del barril aumentó 27,5%.