Suiza es uno de los países más desarrollados del mundo. La gente sabe que tiene que trabajar en favor del país y está mal visto buscar intereses personales.
Es por esto, que los legisladores de este país no cuentan con autos oficiales, lugares de estacionamiento, ni ayudas que reflejen la inequidad del país. No tienen ayuda para vivienda, y no pueden contratar parientes en servicios del gobierno.
Para comidas de negocios, solo tienen acceso a un crédito por dos comidas al mes de hasta 40 francos suizos. Además, sus salarios se calculan según la cantidad de asistencias a las reuniones, es decir, se les paga según lo que trabajan.
Ser diputado en Suiza es un cargo que se lleva con honor. No gozan de beneficios especiales, ni transporte ni pensiones millonarias. No hay políticos de carrera, todos están obligados a llevar un empleo o profesión a la par para que puedan sustentar sus gastos.
En este país, uno de los más ricos del planeta, su tasa de desempleo ronda menos del 5% anual. Y si piensas viajar a Europa, Ginebra está en la lista de ciudades más costosas del mundo.