Un joven trabajador, padre de dos criaturas, fue asesinado por asaltantes en Luque. La víctima luchó hasta el final para defender la plata de sus patrones, pese a que ya estaba despedido y debía trabajar solo hasta la quincena. No quería que lo acusaran de complicidad en el robo. La Policía asegura que un compañero de trabajo lo entregó.
El hecho ocurrió en la ciudad de Luque. Carlos Daniel Barboza Segovia, un joven trabajador de 30 años quien trabajaba para la empresa Hierro Matt SACI que se encuentra en la avenida Las Residentas de dicha ciudad, fue ultimado y asesinado por asaltantes.
Barboza trabajaba desde hace unos años en la citada firma, dedicada al rubro metalúrgico, pero se encontraba cumpliendo los últimos días de su preaviso, ya que le comunicaron que sería despedido.
El comisario general Carlos Aguilera, director de Policía de Central, y el comisario principal Rubén Paredes, jefe de Investigaciones del mismo departamento; coincidieron en señalar que, como casi nunca había ocurrido, el miércoles de tarde el gerente del local sacó de su rutina a Barboza y le pidió que fuera a depositar un caudal de Gs. 30 millones.
El dinero debía ser depositado en un banco situado a 90 metros de la empresa. Lo llamativo es que, usualmente, el propio gerente era quien hacía los depósitos cada vez que se acumulaba una recaudación de entre Gs. 10 millones a Gs. 15 millones. Esta última vez los empleados administrativos dejaron que se juntara en la caja el doble del monto que habitualmente permitían.
Varias cámaras de seguridad de negocios vecinos a la empresa metalúrgica captaron a los dos asaltantes, quienes se ubicaron en el lugar casi una hora antes de que el empleado saliera con el dinero. Aparentemente, los maleantes sabían en qué momento saldría la plata y, presumiblemente, fueron avisados desde adentro quién de los empleados llevaría el efectivo al banco. Esto se desprende del hecho de que los criminales atacaron a Barboza en plena ruta, 50 metros antes de llegar a destino.
El leal empleado dio pelea a los dos delincuentes, que se forcejearon con Barboza para poder hacerse con el dinero, uno que estaba a pie y el otro en una motocicleta. En medio del forcejeo, el maleante del biciclo le propinó dos disparos. Unos taxistas tuvieron que contener a la víctima y así evitaron que fuera ejecutada en el mismo lugar.
Tras el violento episodio, Carlos Daniel Barboza Segovia fue derivado al Hospital General de Luque, donde llegó con un impacto de bala en la pierna y otro en el pecho. Su deceso se produjo el miércoles de noche, a causa de un shock hipovolémico producido las heridas del arma de fuego.
Algunos de sus compañeros dijeron a la Policía que evidentemente alguien de adentro lo entregó a los asaltantes, porque era la primera vez que este llevaba el dinero al banco. Muchos creen que el autor moral del golpe pretendía hacer robar la plata y aprovechar para culpar al empleado despedido.
María Barboza, hermana de Carlos Daniel, pidió justicia para su hermano, a quien lo recordó como un hombre honesto, muy trabajador y dedicado a su esposa e hijos de 6 y 2 años, para quienes exigió una indemnización.
Indicó que uno de los representantes de la empresa se presentó ante la familia y les ofreció un año de sueldo para los niños, pero ella considera que no es suficiente.