AUSTRALIA. En agosto de este año, una familia de la pequeña ciudad de Wandiligong, en el estado de Victoria, descubrió en su patio trasero a un pequeño cachorro herido. Esperaron para ver si algún vecino lo estaba buscando, pero nadie lo reclamó. Así que la familia decidió adoptarlo y lo llamó Wandi.
“No puedo decir si es un zorro o un perro”, escribió una de las integrantes de la familia en la red social Facebook cuando publicó fotos de la adorable criatura.
Llevaron al animal a un hospital de animales en Bright, una ciudad cercana. Allí lo atendió la veterinaria Rebekah Day, quien mencionó que el cachorro “estaba muy relajado y feliz de ser recogido”.
Encontraron unas heridas en su lomo, que posiblemente eran arañazos de alguna gran ave de rapiña con la intención de comerse al animalito.“No había evidencia de ningún otro dingo alrededor y tenemos algunas aves de rapiña grandes en el área. Hemos visto corderos y perros pequeños recogidos en ocasiones”, señaló la veterinaria.
En cuanto a la raza del cachorro, en el hospital le dijeron a la familia que era un dingo (comúnmente descrito como un perro salvaje australiano), pero no estaban seguros de ello. Por eso, mandaron a hacer un examen de ADN para verificar la hipótesis. Fue en ese momento en que la directora de la Fundación Australiana de Dingo, Lyn Watson, se enteró del cachorro.

Wandi fue enviado al santuario de la fundación y llevaron una muestra genética a la Universidad de Nueva Gales del Sur para que se hicieran pruebas. Estas confirmaron que se trata de “un dingo 100 por ciento puro de las tierras altas de Victoria”.
Watson comentó que era muy raro que un santuario acogiera a un cachorro de dingo 100% puro y que Wandi ahora sería una parte importante de su programa de reproducción para salvar a la especie. De esta manera podría “proporcionar nuevos genes para aumentar la fuerza y la diversidad” de los dingos puros, aseguró la directora.
De acuerdo con la página de internet de la fundación, el dingo es el único depredador terrestre superior de Australia, donde se encarga de la regulación y la supresión de muchas especies como canguros, conejos, zorros y gatos. Con esto se promueve naturalmente el equilibrio del ecosistema.
Sin embargo, su número se redujo por la destrucción del hábitat y la caza. La especie está actualmente clasificada como “vulnerable”.
Una especie se considera vulnerable cuando, tras ser evaluada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), es clasificada en esta categoría de la Lista Roja (el inventario más completo del estado de conservación de especies de animales y plantas a nivel mundial) tras determinarse que presenta una alta probabilidad de convertirse en «especie en peligro de extinción»
En Australia sobreviven tres tipos de dingos: los tropicales de las zonas de Kimberley, los Plibara que viven en el desierto y el tipo de dingo al que pertenece Wandi, los alpinos. “Los dingos alpinos son los más amenazados, porque comparten su hábitat con la mayoría de personas de Australia”, explicó la directora de la fundación.