ENCARNACIÓN.- De acuerdo al informe policial, el hecho se produjo alrededor de las 17:30 hs del domingo, en un asentamiento indígena.
El niño de tan solo dos años de la parcialidad indígena mbya guaraní de la comunidad Yacui Guazú, del distrito de Mayor Otaño, tuvo acceso a la bomba de estruendo conocida popularmente como «cebollón».
A consecuencia de la explosión del petardo, afectó a la mano izquierda y provocó daños en el tejido celular subcutáneo, tendones y ligamentos.
Tras el incidente, el menor fue trasladado hasta el centro de salud de María Auxiliadora, desde donde fue derivado al Hospital Regional de Encarnación. Los doctores siguen debatiendo si se le debe amputar la mano o no.
Las autoridades investigan las circunstancias en que se produjo el hecho, atendiendo a que un niño de dos años no tiene la capacidad de medir el peligro que suponen los explosivos.
El médico interviniente en María Auxiliadora pidió a los padres que los niños no tengan acceso a este tipo de explosivos. «En unos segundos de euforia, uno puede lamentarse el resto de la vida», reflexionó el galeno.