Las máquinas tragamonedas según la propia ley de juegos de azar de nuestro país deben estar en lugares exclusivos destinados a ese tipo de actividades para evitar la ludopatía o adicción al juego que causa trastornos psicológicos. Sin embargo la propia Comisión Nacional de Juegos de Azar encargada del control de estos juegos emitió una resolución contradictoria.
La disposición autoriza la nueva modalidad de explotación con intervención en la operación del juego de azar máquinas electrónicas tragamonedas en locales cuya actividad comercial principal puede ser diferente a juegos de suerte de azar. Es decir “bares, cafeterías, pubs, restaurantes, quioscos, bodegas o similar”. La propia resolución N° 34/2020 señala “Locales o salones de juego no exclusivos y dependencias de acceso público destinados a otras actividades comerciales”.
Si bien la CONAJZAR emitió anteriormente resoluciones aún vigentes donde señalan que está prohibido la utilización de estas máquinas a menores de 18 años al habilitar lugares alienta a su uso descontrolado.
La nueva norma también contradice a la Secretaria de prevención de lavado de dinero donde también existe una regla clara que dispone la identificación de los jugadores de las actividades de azar. Con la liberación de los tragamonedas sería imposible cumplir esta disposición y tanto niños como adultos entrarían en este laberinto de juegos de azar.
Otro punto que cuestionar es la competencia desleal con otras empresas de azar como bingo, quiniela y otros.
Se estaría generando ganancias con reglas poco claras como por ejemplo el cobro del canon. Los haría la Municipalidad o cada particular?.
El Ministerio de la Niñez y la Adolescencia desde hace años prohíbe la exposición de los tragamonedas cerca de las instituciones educativas pero ahora eso sería imposible de evitar. Niños y jóvenes expuestos a un tipo de adicción que afecta la capacidad de aprendizaje y genera cambios en la conducta en plena etapa de crecimiento.