En los años 70, Carlos Villagrán fue parte del elenco de El Chavo del 8, pero a finales de aquella década quedó fuera del programa, y su vida cambió radicalmente.
El actor tuvo dificultades para encontrar trabajo después de que la popularidad de su personaje (Quico) superara la del protagonista (El Chavo), y las rencillas con Roberto Gómez Bolaños lo obligaran a salir de la famosa vecindad.
Villagrán fue llamado a la oficina de Emilio Azcárraga Milmo, presidente de la cadena Televisa, quien le ofreció producir un programa nuevo, “sin los cachetes”, pero bajo la dirección de Gómez Bolaños. Carlos quiso explicarle que no tenía buena relación con él, pero el empresario, conocido como el Tigre, le dijo que eso no le importaba y lo amenazó para no dejar su empresa.
Al rechazar la oferta, Azcárraga lo amenazó con destruirle la vida, y lo cumplió en el ámbito laboral. Carlos Villagrán dijo que el Tigre lo vetó durante décadas y envió mensajes a todas las empresas televisivas de Latinoamérica para que no le dieran trabajo.
“Lo que me decían es que amenazaba con dejar de surtir El Chavo del 8 y telenovelas a quienes me dieran trabajo”, recordó Villagrán en un programa mexicano.
Sin trabajo, Carlos Villagrán aprovechó la propuesta de asociarse con dos hombres para vender ropa con una marca que se llamaría “Quico’s World”.
“La idea era mandarla a todos los lugares donde llegó El Chavo del 8”, pero sus supuestos socios se dieron a la fuga con el dinero y nunca aparecieron de nuevo.
“Tuve que hipotecar mi casa, perdí la casa, perdí todo, me quedé sin un centavo, y de repente se apareció Dios, y otra vez a empezar a hacer Quico, empezar a hacer giras”, contó el actor en una entrevista con La peña de Morfi, en el medio argentino Telefe.
Villagrán se refugió en América Latina para trabajar donde le abrieran las puertas. Se enfrentaba al veto en las televisoras por órdenes de Emilio Azcárraga Milmo, y en cuestiones legales se enfrentó a un bloqueo de Roberto Gómez Bolaños, quien le impidió, por ejemplo, presentarse en un teatro en Argentina, amparado por la supuesta violación a los derechos de autor del personaje escrito por Chespirito.
Aun así, nunca le faltó trabajo y encontró en el circo la mejor manera de seguir usando su personaje. Villagrán vivió 11 años en Argentina, 3 años en Chile, 3 en Brasil, 2 años y medio en Miami, y 8 años en Venezuela, donde un ejecutivo de una televisora independiente le abrió las puertas sin importarle la amenaza de Azcárraga Milmo.
Ahí, Carlos le cambió la ropa a su personaje, cambió la «Q» por «K» para nombrar a Kiko, y realizó varios programas bajo diferentes títulos, como El niño de papel, Federrico y Kiko Botones, junto a Ramón Valdés, quien renunció a El Chavo del 8 por solidaridad.
Finalmente, el año pasado, a sus 74 años, Carlos Villagrán dijo que colgaría los tenis de Quico por su edad. “No es que no lo pueda hacer, pero (…) mi peor enemigo es un niño que sale en televisión, que soy yo mismo con 48 años menos”, dijo en una entrevista para Televisa.
“Entonces, sí hay una diferencia entre ese niño y yo, aunque inflo los cachetes y todavía la voz es igualita, pero siento que ya debo retirarme, por respeto al público y a mí mismo”, finalizó.