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La lucha de los pacientes con cáncer en tiempos de coronavirus: de 180 quimioterapias a 8 por día

Por Malena Pereira Jun15,2020

Perú.- Luego de que los hospitales cancelaran las consultas externas por el estado de emergencia que causó la pandemia del coronavirus, cientos de pacientes oncológicos no han podido continuar con sus terapias.

A pesar del peligro que representa, muchos han tenido que acercarse a un servicio de salud para buscar información. El Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) ha pasado de realizar 180 quimioterapias diarias a 8; de 360 radioterapias a 150; y de 10 operaciones a solo 3.

Un paciente oncológico que se queda sin tratamiento se convierte en un firme candidato a morir. El doctor Carlos Farias Albuquerque, coordinador de la Alianza para la Prevención y Control de las Enfermedades no Transmisibles, explica que para que un tratamiento funcione es indispensable completar la programación establecida.

“Si las dosis se cortan el objetivo no se alcanza y el paciente queda más vulnerable. Si el tratamiento es quirúrgico y se posterga la cirugía, los tumores cancerígenos seguirán creciendo”, asegura. Cuando un enfermo no recibe ninguna terapia, corre el peligro de que el cáncer acabe conquistando al organismo por cualquiera de estos tres motivos: dolor excesivo, hipercoagulabilidad (una condición que aumenta el riesgo de formar inadecuadamente coágulos de sangre), o caquexia (un estado final de la enfermedad que origina pérdida de peso, músculos y debilitamiento).

“En el Perú, hay muchos pacientes oncológicos que se han quedado sin consultas, sin operaciones y sin quimios. Su cáncer avanza y puede ser fatal” dice Farias.

Riesgo del COVID-19

Las pocas investigaciones que existen sobre el cáncer y el nuevo coronavirus revelan que un paciente oncológico tiene 20% más riesgo de morir que una persona sana. Como señala el doctor Farias, todo enfermo de cáncer tiene sus defensas comprometidas, por lo que es más vulnerable ante la COVID-19.

El cáncer altera el sistema inmune del cuerpo: hay una menor capacidad de producción de defensas o simplemente carece de ellas debido entre otras cosas a la quimioterapia, que arrasa tanto con las células dañinas como con las sanas. “Este nuevo virus se desarrolla fácilmente en pacientes oncológicos y los ataca con mucha fuerza. Las consecuencias son fatales”, afirma Farias. Para un paciente con cáncer, deambular por un hospital en plena pandemia es como transitar por un territorio minado.

Sin atención ni personal especializado

En el Perú, el cáncer afecta a más de 66 mil personas al año. Hasta el 2019, era la primera causa de muerte, básicamente porque la gente detecta muy tarde la enfermedad. El 85% de ellos que acuden al Instituto Nacional de Enfermedades Nepásicas (INEN) llegan con un estado avanzado, lo cual hace más difícil su pronóstico y tratamiento. Este centro de salud recibe el mayor número de pacientes: 13 mil por año, el 12,5% de toda la población oncológica en el país. Por ello, siempre está abarrotado y es muy difícil conseguir cita: las personas tardan un mes para lograr que un médico los examine. En este contexto, el coronavirus solo ha agravado una situación que ya era crítica desde mucho tiempo atrás.

En el territorio solo hay cuatro locales del INEN: en Lima, Huancayo, Trujillo y Arequipa. Las zonas alejadas no tienen acceso a servicios de salud especializados y mucho menos a programas de prevención. Además, el país cuenta con muy pocos especialistas: 2 por cada 100 mil habitantes, de los cuales muchos de ellos han dejado de ejercer debido a la pandemia.

“Nuestra capacidad de atención se ha reducido. De 10 operaciones diarias, pasamos a realizar 3. De 180 quimioterapias, ahora hacemos 8*. Y de 360 radioterapias solo podemos hacer 150”, dice Gustavo Sarria, subjefe del INEN. Él asegura que el principal motivo de esta reducción es precisamente la falta de personal.

“No llegamos al 47% del personal trabajando. La gran población de 3.200 trabajadores del INEN está en cuarentena, tiene alguna comorbilidad o ha dado positivo a la COVID-19 y no nos damos abasto”, mencionó el doctor.

“Nosotros quisiéramos reactivar las consultas, pero no tenemos la garantía de que la epidemia esté controlada”, explica Sarria. Sin embargo, asegura que el INEN ya cuenta con un plan de reactivación que consiste en un retorno gradual al número de consultas normales.

En este proceso se dará prioridad a los pacientes más graves. Para ello, los dividirán en tres grupos: uno de alto riesgo que requiere atención inmediata, otro de riesgo intermedio que podría esperar al periodo normal de atención y un tercero de bajo riesgo que está en capacidad de esperar un poco más. Por supuesto, esta división va a requerir de un análisis muy cuidadoso de los casos.

“Lamentablemente, y eso deben entenderlo todos, aquí no se trata de quién llegue primero a la fila de la consulta, sino de quién tiene la necesidad de ser atendido antes que otro. Los demás, aunque cueste decirlo, tendrán que esperar” señala.

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