En 2011, ocurrió un incidente en la planta de energía nuclear Fukushima I y las autoridades de Japón ordenaron a los más de 16,000 civiles que evacuaran la ciudad.
Según la Escala Internacional de Accidentes nucleares, este alcanzó el grado 7 – el mismo que Chernóbil – y este sitio se convirtió en una zona radiactiva, habitada solo por los animales que fueron abandonados allí.
Sin embargo, Naoto Matsumara aún visita la ciudad tóxica. Este antiguo obrero de 60 años, es la única persona que ingresa, a pesar de estar arriesgando su salud, para cuidar a toda clase de animales.
Cuando ocurrió el accidente nuclear, Naoto tuvo que dejar su casa en la localidad costera de Tomioka.
Primero volvió para cuidar a sus mascotas, pero con el tiempo fue encontrando más animales abandonados, encerrados y atados en corrales, sin nadie que les diera de comer.
Pero al darse cuenta de que las criaturas habían sido abandonadas, decidió volver a la zona de exclusión de 20 kilómetros que impuso el gobierno japonés.
Muchas criaturas solo cuentan con Naoto para sobrevivir y por eso es conocido como el Guardián de Fukushima.
Las autoridades le advirtieron que está poniendo en riesgo su salud, pero dijo que no le importa. Según Naoto, lo más seguro es que muera antes de eso por otras causas, así que no se preocupa.
El hombre tiene su propia página oficial de Facebook, en la que recibe donaciones y ayuda para continuar con su noble labor, junto a su fiel perro Aki.
Mientras que en Chernóbil hay hasta paseos turísticos, otros lugares del mundo donde han ocurrido accidentes nucleares similares son olvidados.