Sucesos

Era vegana y ahora es dueña de una carnicería

Tammi Jonas

AUSTRALIA. A los 19 años, la estadounidense Tammi Jonas leyó un que libro cambió su forma de pensar con respecto a la manera en la que se alimentaba.

‘Liberación Animal’, un texto del filósofo Peter Singer sobre los derechos de los animales, la hizo tomar la decisión de volverse vegetariana.

Durante los siguientes años, Tammi no probó carne y suprimió de su dieta y de su vida cualquier producto que viniese de los animales. Huevos, leche, quesos, yogurt, cuero, toda su vida se reorganizó en  favor de protección de otras especies.

Durante casi 20 años, cumplió su cometido. En esos años, tuvo a sus dos primeros hijos sin ninguna complicación.

Sin embargo, 30 años, su tercer embarazo se dificultó: padeció una anemia que ni el hierro ni los suplementos que ingería lograban controlar.

“Un día pensé que comer una hamburguesa solucionaría mis problemas de salud y lo hice. Después, durante todo el embarazo, comí carne de res y cordero, una vez a la semana”, comento al sitio de noticias australiano 10 Daily.

“No me parecía inmoral quitarle la vida a un animal por comida. Lo inmoral era tratarlos cruelmente, no ser éticos con su existencia y con el cómo los convertían en alimento”, agregó en charla con el medio.

Un día, hablando con su esposo, Stuart, decidieron hacer algo más por los animales y por la forma en la que son consumidos.

Su decisión fue crear Jonai Farms, una finca de ganado porcino, pasteurizada y ética con los cerdos, “para que los consumidores tengan una opción libre de crueldad”.

La finca ganadera ética con los animales fue fundada en 2011.

La especie que crían es la de grandes cerdos negros y tomaron esta alternativa porque “son algunos de los peor tratados en los sistemas industriales”.

En su página oficial de Facebook, cuentan que ellos mismos les quitan la vida a los cerdos y curan la carne. Las ventas las realizan en la propia finca, ubicada en una zona de alta montaña de la ciudad de Daylesford.

También realizan envíos de sus productos a otras ciudades como Melbourne, Castlemaine, Kyneton, Woodend y Ballarat.

En el negocio, hacen recorridos en la finca para que la gente conozca la labor que realizan. Así también, tienen talleres de carnicería, fabricación de salchichas y carne curada, entre otros, todos enfocados al consumo responsable.

Su mensaje final es que el mundo tenga más consciencia de dónde vienen los animales que se consumen y cuál es el proceso por el que atraviesan.

“Me siento mejor comiendo carne cuando sé que no tuvieron miedo ni dolor al morir”, finalizó.

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