A inicio de año, el Ministerio de Obras Públicas (MOPC) dio la orden de iniciar los trabajos de construcción de la primera etapa del corredor bioceánico, tramo Carmelo Peralta-Loma Plata, de 277 km. La obra, que tendrá un plazo de ejecución de 40 meses, fue adjudicada al consorcio Corredor Vial Bioceánico, integrado por la brasileña Queiroz Galvão SA y la paraguaya Ocho A SA (Luis Pettengill), que ofertó US$ 443.473.727. El proyecto fue licitado bajo la modalidad de la Ley Nº 5074 conocida como “llave en mano”, financiada en un 100% con capital privado.
Lo llamativo son los valores de la obra en comparación a otras similares de la misma región. En mayo del corriente el MOPC informó que el Consorcio Corredor Vial Bioceánico consiguió financiamiento para los 277 km, con la emisión de bonos en el mercado internacional a través del banco de inversión UBS Securities LLC (Estados Unidos) por US$ 400 millones, que sumados los intereses (5,54%) significa un pago para el Estado de US$ 732 millones en el plazo de 15 años, lo que significa un incremento del 83% respecto al precio de adjudicación.
Acorde a estos valores, el precio de esta ruta podría trepar a US$ 2,7 millones el km, cuando fue pactado a US$ 1.600.988 el km. Además, habría que sumar otros US$ 40 millones de financiamiento que el grupo consiguió de la banca local, cuyas condiciones de pago no se dieron a conocer. Tampoco se ha difundido el costo de la intermediación del “banco de inversión UBS Securities LLC” de los Estados Unidos para esta operación. Vale decir que el corredor bioceánico va “camino” a convertirse en la ruta más costosa del país.
En la Provincia del Chaco (República Argentina) en 2016 se licitaron dos tramos de ruta provincial N° 7, para la construcción de pavimento flexible y obras básicas (terraplén y alcantarillado) en los tramos Presidencia de la Plaza (empalme ruta Nacional 16) hasta General San Martín (empalme ruta provincial 90), que costaron US$ 931.032,15 y US$ 773.690,9 el km respectivamente. La obra fue concluida este año.
En el caso del corredor bioceánico, el Pliego de Bases y Condiciones estableció el siguiente diseño para el paquete estructural: sobre la subrasante o núcleo del terraplén se construirá un refuerzo con suelo seleccionado de 0,30 m de espesor, con un valor soporte CBR del 15%. Luego una subbase de suelo cemento de 0,20 m de espesor con una resistencia de 20 kg/cm2. Seguido de una base estabilizada granular de 0,18 m de espesor y un valor soporte CBR 100%. Luego, previo riego de liga con asfalto SCC, se cubrirá todo el coronamiento del terraplén (la calzada de 7 m y ambas banquinas de 2,5 m) con una capa de cemento asfáltico de 0,04 m de espesor. Finamente, como carpeta de rodamiento (7 m de ancho), se construirá una capa de cemento asfáltico con polímero de 0,04 m de espesor.
Mientras que en la ruta provincial del Chaco el paquete estructural de ambos tramos está compuesto de 15 cm de suelo seleccionado, 15 cm de suelo cal, una subbase granular de 15 cm, una segunda base granular de 15 cm y carpeta asfáltica de 7,3 m de ancho compuesta, que incluye 7 cm de base negra más 5 cm de concreto asfáltico (12 cm en total).
Desde el MOPC consideran que la obra no está sobrevaluada, sobre todo considerando que el Estado no toma los riesgos. “Con relación al precio de la obra hay que tener en cuenta que la Ley 5074 es una herramienta en la cual se obtiene capital del sector privado. Es una obra de Diseño, Financiamiento y Obra. Estos riesgos son trasladados al sector privado, por eso que el precio es “aparentemente más caro”. Pero conseguir ese monto, hacer el diseño, generalmente son riesgos del sector público (que tiene su costo que nunca es reflejado en el precio). Eso hace que todo el riesgo asuma el privado, pero teniendo en cuenta que la obra no tiene ‘sobrecostos’ ni prórroga de tiempo. Si la empresa no cumple, existen multas de la Administración Contratante y la financiadora con la que contrata el préstamo”, explicó ayer el titular de la Dirección de Proyectos Estratégicos (DIPE), Jorge Vergara.
En otro orden, Vergara aseguró que la obra contempla el tipo de suelo del Chaco. La franja cercana a los ríos Paraguay y Paraná se caracteriza por la presencia de arcillas dispersivas, hacia el centro del Chaco por la existencia de horizontes de arcillas expansivas y, más al oeste, por el contenido de sulfatos. “Sobre el tipo constructivo se han tenido en cuenta las características del suelo para hacer la obra. El paquete estructural tiene en cuenta el suelo dispersivo”, indicó.