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Compatriota entrena gratis a decenas de niños argentinos, para poder sacarlos de la calle

Por Malena Pereira Dic24,2019

Argentina.- Hace casi 30 años, Milton Ortiz, de 62 años, se dedica a entrenar a niñas y niños, muchos de ellos de barrios carenciados, y acercarlos al sueño de convertirse en grandes futbolistas.

De hecho, su dedicación llevó a muchos de ellos a jugar en importantes clubes misioneros y argentinos, e incluso en otros países; y todo lo logró motivado por el enardecimiento futbolero, ya que el trabajo es netamente voluntario.

Oriundo de Paraguay, Milton se estableció definitivamente en la Capital de la Araucaria en 1987. Su primer equipo allí fue el Club Atlético San Francisco de Yabotí, a cargo del técnico Dorildo Fernández.

Su historia está marcada por la fuerza de voluntad y la perseverancia, sobre todo ante la ausencia de recursos y acompañamiento por parte de las autoridades.

Comenzaron con los torneos relámpago y el auge fue tal que llegó a haber 200 niños participando, y fue entonces, en 1992, cuando surgió la idea de una liga.

Su principal objetivo era darles la posibilidad a los chicos de la zona rural a que compartan y conozcan la ciudad a través del juego, y a su vez sacar de la calle a los más carenciados de la zona urbana.

Así comenzaron los entrenamientos, basados en la experiencia de años de desempeño como marcador de punta izquierdo, y la iniciativa fue muy bien recibida por todos, más aún por los padres de los niños, quienes siempre acompañaron y continúan haciéndolo hasta la actualidad.

Esta posibilidad fue muy importante en la vida de muchos jóvenes, quienes lograron avanzar en la carrera y muchos de ellos lograron salir de los vicios en los que habían caído.

El propósito es sumamente importante, por ende sostenerlo es uno de los mayores desafíos. Esto se debe a la falta de recursos económicos para conseguir los elementos para la práctica del fútbol y a la falta de campos de juego en buenas condiciones, para que los niños y las familias puedan contar con las mínimas comodidades.

Muchas veces es un impedimento para que la totalidad de los interesados puedan seguir creciendo, ya que la falta de espacios se vuelve una complicación. En este sentido, hoy por hoy la actividad es llevada a cabo en una precaria cancha cercana a la ruta nacional 14, donde no cuentan con servicios básicos como agua.

Pese a las dificultades, a no recibir ninguna remuneración y a los problemas de salud que le impiden correr y hacer ejercicios localizados, el motor de este aficionado es la satisfacción de hacer lo que ama.

“Perdí la cuenta de las veces que puse dinero de mi bolsillo para pagar algún viaje y que todos los chicos puedan ir y compartir con otras localidades, pero esa alegría que sienten ellos, hace que yo lo haga con gusto porque sé que desde mi humilde lugar estoy ayudando a estos niños que se esfuerzan mucho, que sueñan, que luchan. Necesitamos más gente que apueste al deporte, necesitamos nuestro lugarcito, yo me siento feliz de hacer lo que tanto me gusta y seguiré hasta cuando pueda, quiero mucho a cada criatura”, expresó.

Por su amor y compromiso, hoy tiene un homenaje y es la actual edición de la liga local “El Brasilero”, lo que le genera una enorme emoción.

“Que te reconozcan en vida es algo que te llena de alegría. Agradezco a los delegados y a quienes organizan esa liga en mi honor, da fuerzas para seguir sacando a más niños de la calle”, concluyó.

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