Tecnología

Alertan sobre nueva modalidad de extorsión sexual

Cada vez hay más casos de sextorsión (extorsión sexual virtual) y las historias se repiten: alguien -generalmente un hombre- entabla contacto con una persona desconocida -habitualmente una mujer-, entran en confianza, se muestran y el episodio termina en una problemática situación que solo se soluciona pagando.

El cronista argentino Omar Lavieri del conocido sitio web de noticias InfoBae, relata cómo se adentró en una investigación sobre la sextorsión, y como los estafadores se ingenian utilizando las plataformas digitales para engañar a ingenuos o desinformados internautas.

Forma de contacto

Según los relatos, las extorsiones se realizan vía Hangouts, el sistema de mensajería de Google,  mientras que anteriormente estaba limitado a Facebook y Skype.

Cuenta Omar Lavieri, que las víctimas son contactadas por mensajes directos, vía Twitter. En dicha oportunidad, una dama que hablaba francés y supuestamente vivía en Niza, lo invitó a conocerla.

Relata el periodista, que decidió entrar en el juego para entender el esquema extorsivo y accedió a conversar. La “mujer” refirió que tenía 29 años y trabajaba en un salón de belleza. Luego le llegó una llamada de la misma por Hangouts. Se hacía llamar “Amour Fidelité” en su cuenta.

Unos días después, mi «amiga virtual» volvió a contactarse. Me mostró cómo se desnudaba frente a la cámara. Claramente se trataba de un video porno de los miles que están disponibles en Internet. Corté. Me mandó otros mensajes traducidos de manera incorrecta pidiéndome que mostrara mi intimidad ante la cámara de mi celular. No lo hice. Corté. Y siguieron los pedidos –en un español rudimentario producto de un traductor automático- para que yo mostrara mi intimidad”, refirió el periodista.

Hice lo necesario para que el plan se pusiera en marcha, que fue mostrar a la cámara por unos segundos lo que me pedía la supuesta persona al otro lado. No debieron pasar ni dos minutos para que, quien hacía unos minutos supuestamente quería conocerme, pase a ser una violenta extorsionadora. Inmediatamente me llegó una captura de pantalla con mi imagen. La amenaza fue que si yo bloqueaba la posibilidad de seguir hablando por Hangouts iban a publicarla, y que para evitarlo debía seguir sus indicaciones”.

Igualmente, refiere que se exponía un argumento sensible para justificar el pedido de dinero, pues mencionaba el caso de una hermana enferma de cáncer de mama y la necesidad de una enorme suma de dinero para la operación. Esto iba acompañado de fotos de médicos revisando a una mujer y luego una imagen de una mama supuestamente afectada por cáncer.

Ante la negativa de pagar el monto solicitado, recibió un mensaje en el que la extorsionadora decía formar parte de la “red más poderosa de mafia que practica en este campo en Europa y otros países”.

Policía falsa

A todo esto, se sumó un mensaje, también vía Hangouts, de una cuenta llamada “Service Police”. La foto que ilustraba esa cuenta era la de un hombre que usaba camisa blanca donde se leía la palabra «Police» y mostraba una credencial de policía con los colores de la bandera de Francia.

El mensaje decía: «Soy Michel Defosse, jefe de la Brigada Anti Pedofilia y Actos Sexuales en contra de la ley y las violaciones de los ciudadanos franceses. Somos una brigada y trabajamos en internet para garantizar la seguridad de los sitios y su fiabilidad en parte en las redes sociales. Somos Guardia las 24 horas del día y actuamos». Nunca hubo imágenes mías en YouTube pero el policía decía que él lo sabía.

Solicitó ayuda  a la falsa policía y la respuesta dada fue que hablara con la mujer que me estaba extorsionando. «Usted hable con mujeres y luego informe todo a nosotros OK», dijo el supuesto comisario Defosse.

“Durante dos días hice silencio. No respondí ante los innumerables mensajes que recibí tanto de mi amiga virtual devenida en extorsionadora como del policía que me sugería pactar con los criminales”.

“Estaba rodeado, no tenía escapatoria, me prometían años de cárcel y desgracias varias tanto para mí como para varias generaciones de mi familia”.

“La mujer me dijo que había subido el video a un sitio, pero solo estaba en modo privado para que nadie pueda verlo. Seguí con mi posición: le expliqué que no tenía dinero y no podía pagar los euros que me pedían. Me dijeron que pusiera un plazo para conseguirlo y establecí diez días. Tenía que seguir consiguiendo datos para contar la historia.”

Finalmente el hecho fue denunciado ante la Unidad Fiscal especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) a cargo de Horacio Azzolín. El fiscal tomó  la denuncia e hizo copia de todo el material obrante en el teléfono y que acreditaba la extorsión.

El avance de un caso judicial como este depende de la rapidez con la que Google y Twitter contesten la requisitoria hecha por el fiscal para conocer desde dónde se crearon las cuentas mediante las cuales se hizo la extorsión. Si las empresas se dignan a contestar con celeridad tal vez se pueda conseguir algún resultado. En general las IP desde donde se crean las cuentas están en el exterior y allí termina la jurisdicción de la justicia Argentina, pero ingresa Interpol en la investigación.

Azzolín señaló que «el fenómeno de la denominada sextorsión es una nueva forma de cometer el delito de chantaje. Si bien es una nueva modalidad, es mucho más agresiva por sus consecuencias potenciales: la difusión de material íntimo no solo entre conocidos sino para el público en general a través de plataformas de intercambio de archivos como YouTube puede generar mucho más daño. El daño no solo es inmediato sino casi permanente, porque en algunos casos el retiro del material de Internet se hace prácticamente imposible. Si bien desde los organismos de aplicación de la ley tratamos de localizar a los responsables del hecho, que usualmente están del otro lado del planeta, y de retirar el material de internet, el esfuerzo no parece ser suficiente para mitigar el daño. La mejor opción para el usuario es la prevención. En ese sentido, una selección inteligente de nuestros contactos a través de redes sociales y una reflexión previa al envío del material íntimo siempre son recomendables».

El fiscal agregó: «Hay gente que, acosada, decidió matarse y alguna otra de origen muy humilde que entregó el poco dinero con el que contaba. Difundir casos como este sirve para hacer prevención y avisar que no hay que contactarse con extraños en las redes porque las consecuencias pueden ser graves. Esa recomendación cabe para menores, pero también para mayores».

La recomendación primera es cortar contacto ante la aparición de un extraño que rápidamente entra en confianza para generar intimidad. Además, los expertos aconsejan bloquear todo contacto posible: Hangouts, Gmail, o lo que fuera. Y no pagar. Porque ante el pago el extorsionador quiere más.

La extorsión no termina con el pago

“Llegó el día en el que me enviaron las coordenadas para realizar el pago. Me dieron un nombre, una dirección y un código postal en la ciudad de Cocody, Costa de Marfil, África”.

“La transferencia debía hacerse mediante Money Gram o Western Union. Pero en Argentina esas compañías piden como requisito que, además, se envíe el número de documento de quien va a retirar el dinero. Eso implicó una negociación durante horas, ya que no creían que hiciera falta entregar un número de documento. Hasta que finalmente me dieron un número de identificación que, obviamente, era falso”.

El pago fue realizado a través de Money Gram con dinero aportado por la tesorería de Infobae. La extorsionadora hizo saber que había recibido el pago y agradeció por haber enviado la suma solicitada.

“Quedaba por comprobar la última etapa de la extorsión: que luego del pago, vuelven a pedir dinero. Y así sucedió”.

“Una lluvia de mensajes volvió sacudir mi cuenta de Hangouts. Me decía que mis imágenes estaban subidas en un 78 por ciento en YouTube y si no pagaba se harían públicas. Comenzó una cuenta regresiva (como el primer día) con la intención de amenazarme. Esta vez eran 1500 euros los solicitados. Yo le expliqué que todo lo que tenía lo había puesto para ayudar a su hermana enferma 24 horas antes. Pero no hubo caso”.

Los mensajes, aun después de haber pagado no se interrumpieron.

Sin las imágenes y sin el pago, esta nota -que intenta ser una forma de advertir cómo no entrar en uno de los negocios más rentables de los criminales de la red- no se hubiera podido realizar. Principalmente cuando los que padecen la extorsión sexual virtual -en cualquier país del mundo- suelen callar y no denunciarlo por vergüenza. Porque allí comienza un verdadero infierno.

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