En los últimos meses han salido a la luz imágenes y videos nunca antes vistos del ataque a las torres gemelas
En la ciudad de Nueva York, eran cerca de las 8:45 a.m. cuando se escuchó el primer estruendo. Un avión se había estrellado entre los pisos 93 y 99 de la Torre Norte del edificio del World Trade Center, pero eso no lo supieron, hasta algunos minutos después, las personas que quedaron atrapadas aquel 11 de septiembre en la nube de polvo que estremeció a la Gran Manzana.

Aquella escena que quedó grabada para siempre en la retina del mundo, cumple hoy 18 años. Y, dos décadas después, continúan publicándose imágenes inéditas y perturbadoras que encogen el corazón por la magnitud de la devastación y por el desconcierto abrumador que sufrieron los testigos del ataque a las Torres Gemelas.


(Foto: Emil Chynn)
Uno de estos archivos audiovisuales desconocidos salió a la luz en junio de 2019, un CD con 2.400 fotografías nunca antes vistas de la zona cero tras la catástrofe. Unos meses antes, se había publicado la grabación clasificada de Mark LaGanga, un periodista que capturó el derrumbe de la segunda torre. Y ahora, uno de los primeros médicos que atendió la zona de la catástrofe, el doctor Emil Chynn, decidió revelar una serie de imágenes que tomó en las horas posteriores al atentado terrorista.
Todos esos archivos inmortalizaron la catástrofe. Mientras los espectadores del mundo veían la torre desplomarse, y lloraban la desesperación de los que saltaban al vacío, a pie de calle. En el interior del World Trade Center, en esos momentos también se libraba una batalla contra la confusión, el aturdimiento y la muerte.
Algunas de las imágenes fueron clasificadas, archivadas o extraviadas tras el atentado terrorista perpetrado en 2001 por Al Qaeda, que se cobró la vida de 2.976 personas y destrozó los días futuros de 6.000 heridos.

Algunos creyeron que se trataba de un incendio. Otros, desconsolados, explicaban que un edificio había colapsado. Pero muy pocos supieron, minutos después, que un Boeing 767 de American Airlines secuestrado por integrantes de Al Qaeda se había estrellado contra una de las Torres.
Bomberos, policías, agentes del servicio secreto, médicos y ciudadanos miraban aturdidos y/o desconcertados hacia la zona cero tratando de adivinar qué se escondía detrás de aquella nube asfixiante de polvo y escombros, y qué era lo que la había provocado.
Después de la primera explosión reinó el caos. Los integrantes de los equipos de emergencia no entendían qué había ocurrido y se esforzaban por trabajar rápido en la escena para ayudar al máximo número de heridos y supervivientes

Los heridos pedían agua y tosían a grandes arcadas por las partículas inhaladas, los guardias de seguridad registraban cada planta de los distintos rascacielos, y los equipos de emergencia trabajan a contrarreloj para localizar posibles víctimas atrapadas bajo los escombros.


Las imágenes que el reportero grabó en la zona cero minutos después de que el reloj diera las 08:45 son la definición gráfica de la devastación. Pero el periodista aún desconocía lo que estaba por ocurrir.
Desde la explosión en la Torre Norte a las 8:45 de la mañana, hasta el momento en que el segundo avión impactó contra la Torre Sur, pasaron 18 minutos. En ese tiempo, el reportero de la CBS había estado recorriendo la zona, y entrevistando a los testigos. Aún seguía junto a las estructuras gemelas cuando una nueva aeronave se estrelló entre los pisos 77 y 85 de la segunda torre.
Como si se tratara de un violento maremoto, una ola titánica de polvo y escombros se alzó tras caer la Torre Sur e invadió las calles, avanzando tras los talones de los aterrorizados civiles, que huían despavoridos.
Las personas que se hallaban en la zona de la catástrofe tras la primera explosión se vieron sorprendidas por el impacto de un segundo avión en la Torre Sur, que cayó sobre sí misma hasta desvanecerse por completo
Cuando el reportero recobró la respiración, recuperó la cámara y limpió la lente. Todo a su alrededor había quedado cubierto por una neblina anaranjada. En segundos, un hombre bañado en polvo blanco pasó frente a él.

«¿Qué ha pasado?», le preguntó el reportero.
«Ha habido un derrumbe. La planta de arriba se ha derrumbado. Vi un montón de humo y luego corrí, gracias a Dios. Tengo 69 años, pero aún puedo correr. Hay que ver si aún queda alguien atrapado», dijo el señor, antes de escupir la arena de su boca.


Tras el atentado terrorista, los equipos de emergencias recuperaron entre los escombros 291 cuerpos. También 19.500 partes de cadáveres. Los rescatistas salvaron a miles de lesionados tras la catástrofe, pero 850 de ellos murieron durante los operativos.
«El derrumbe de dos torres de 110 pisos provocó que miles de toneladas de acero, cemento, cristales y amianto, además de los miles de litros de combustible de aviación y miles de kilos de plásticos, al arder, liberaron en la atmósfera indiscutibles sustancias cancerígenas», explicó la prestigiosa revista médica Lancet.



El fuego que consumió las torres tardó en apagarse 69 días, y 1.717 familias nunca recuperaron el cuerpo de sus seres queridos.